La cuenta asusta: vamos 12 días de cuarentena y restan -en principio- 12 días más. Referentes de distintas organizaciones sociales alertan sobre el recrudecimiento del hambre en distintos barrios. Para colmo, la suba de precios en alimentos provocó el cierre de algunos comedores.
“Lo que necesitamos es que haya una cuarentena digna. Está perfecta la medida de salud pública pero el freno a las changas lleva a un recrudecimiento de la pobreza y de la miseria”, planteó Hugo Heredia, referente del Frente Popular Darío Santillán. “Hay gente que la está pasando muy mal. Planteamos que en el marco de la emergencia alimentaria se duplique o triplique la asistencia alimentaria. Ha aumentado un montón la carne y la verdura, lo que hace muy difícil mantener dispositivos de asistencia alimentaria”, continuó Heredia.
El Frente Popular Darío Santillán gestiona 11 comedores, pero debió cerrar cuatro. Mantenía 115 merenderos, pero cerraron más de 50 y quedaron 63 funcionando. “Es horrible cuando se acerca la gente a preguntar qué pasa con el comedor o el merendero y hay que decirles ‘no hay comida’. Funcionamos de manera autogestiva: tenemos panaderías que se dedican a la venta callejera y con eso sostenemos los comedores y merenderos. Con la cuarentena se afectó el modelo autogestivo, ¿cómo sostenemos el alimento en los barrios?”, comentó Heredia. Otro punto cuestionado es la operatoria policial: “hay barrios que parecen militarizados y que levantan gente o maltratan por cosas tan simples como gente que salen un segundo a la vereda a tomar aire o a dar lugar para limpiar porque en sus viviendas están hacinados”.
Diego Jiménez, de Somos Barrios de Pie coincidió en la preocupación. “Al principio de la cuarentena trabajábamos en 50 barrios y ahora estamos en 30 barrios más. Se han perdido las changas, están paralizadas las actividades de la gente de los sectores humildes, que ahora depende casi exclusivamente de la ayuda en comedores hasta que se pueda cobrar la ayuda del Gobierno. La gente tiene que comer hasta que se pague el Ingreso Familiar de Emergencia”, explicó Jiménez. La organización social sostiene 80 merenderos desde esta semana y además reparte módulos alimentarios. “Nos preocupa mucho la situación social, sobre todo por el aumento de los precios, no puede ser que un kilo de carne cueste en carnicerías de barrios $ 500”, completó.
Iván Novillo, dirigente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular y del Movimiento Evita, explicó que solicitarán que en la Provincia replique la mesa de acción contra la pobreza como a nivel nacional, con la presencia de la Iglesia y de organizaciones. “Es durísimo el impacto para los trabajadores de la economía popular. En el Movimiento Evita tenemos una red de merenderos y comedores, estamos viviendo un momento muy duro porque estamos desabastecidos. Recibimos mercadería desde el Estado nacional pero no nos alcanza. Nos dan para cinco merenderos para 100 niños, cinco días a la semana, pero tenemos 65. La crisis está muy dura, le pedimos al compañero Juan Manzur para poder sostener la ayuda en los barrios”, expresó.